martes, 3 de mayo de 2011

MARIA TERESA

MARÍA TERESA
Porque será que todas las personas que tenemos los ojos azules somos más tontas y repugnantes, que las demás.
Esta vez no soy un tio, si no una maldita puta, y golfa de mierda.
Os voy a contar como soy, para que veáis que no solo los hombres sois gilipollas, si no que las mujeres tenemos bastante culpa de ello.
Tengo el cabello largo y negro, como mi corazón, labios de chupa-pollas, y de gorda he pasado estar como un puto palillo, no podía ser menos que mis amigas. Porque si no, no causaba sensación. Físicamente ya no soy nada más que eso, otra putilla más.
La personalidad es mucho peor, me creo más de lo que soy, todo para suplir las carencias que tengo que son muchas. No suelo caer bien a nadie, porque me pienso la miss universo de mi grupo, pero para eso, tengo que volver a nacer. La simpatía la tengo metida en el chocho, con eso os digo todo. Mi culo solo sirve para echar la mierda que tengo dentro, pero que luego vuelve a salir al exterior, soy incurable. En las fiestas tengo que gritar y dame a conocer como una puta verdulera, ya que si no nadie me toma en serio, soy como los dueños de las tómbolas de las ferias, que tengo que destacar por encima de todas. Y a que mis amigas destacan por lo que son, sin más narices, pero yo me lo tengo que trabajar, porque ya me conocen, y no valgo nada.
Pero lo que más soy, es envidiosa.
Os cuento, una de mis amigas, estuvo con un chico de la peña, muy majo y simpático, tuvieron una pequeña relación, que yo no pude soportar, por lo que un día en el pueblo del chico este que nos invito, nos besamos, y luego lo proclame por ahí como si de un premio se tratara, pero luego ví que todo había sido por envidia cochina. Todo por no ser menos que una persona que siempre será más que yo. Aunque lo mío creo que el chico lo hizo por pena, porque la que más vale, es mi amiga, siempre va a esta por encima de mi.
Dentro del grupo de mis amigas, hay varias que no me soportan, es totalmente lógico, y es normal que se alejen de mi, además se nota que las quieren más que a mi. Yo creo que solo tengo una amiga fiel, que es más o menos como yo, pero más discreta. Hay otras chicas que también viene conmigo, pero pienso que deberían alejarse de mi, por que algún día las voy a meter en un lío, aunque imagino que dentro de poco se darán cuenta de quien soy, y sobretodo como soy. Aunque espero que no porque entonces me quedare sola, muy sola.
Cuando estoy en la cama, me pongo a pensar en como soy una mujer tan despreciable, como puedo vivir siendo a si, como mi madre me echo al mundo, como puedo........

ANTONINO

ANTONINO
Me llamo Antonino, y soy uno de los personajíllos , porque no se me puede llamar hombre, más tontos que existen en el mundo.
Fijaros si soy gilipollas, que con tres copicas de vino blanco, me emborracho, y me empiezo a acordar de las cosas que me han pasado, o de lo que he leído, aunque leer se bastante poco.
Me voy a describir, por si alguien me ve por la calle y quiere darme unas hondonadas de hostias, porque como no puedo cambiar de cerebro, por lo menos a ver si me lo colocan en su sitio.
Soy alto, delgado,  tanto que parezco un puto palillo que acaba de salir de la boca de un viejo, cara de gilipollas, como cuando hacen fotos y las trucan estirándolas, pues igual.
Ojos azules, no puedo destacar nada más de mi físico, porque no soy nada más que eso. Bueno, se me olvidaba, tengo unas orejas, enormes, claro han de cubrirme la parte lateral de la cara, como un elefante, pero las del elefante son mucho más bonitas.
Mi vida, como toda la de los tontos como yo, a estado llena de simplezas, y de estupideces, como no, llevadas a cabo por mi. Pero no os voy describir ninguna porque soy tan subnormal que casi no me acuerdo.
Os voy a contar lo que paso en el cumpleaños de unas amigas de mi novia, es que los idiotas como yo siempre tenemos suerte y siempre nos quieren, esa es la putada de la vida.
Era un sabado por la noche, ya estábamos sentados, pero faltaba gente por venir, empezaron a servir la cena que las del cumpleaños habían preparado, a si que nos pusimos a cenar. Yo soltaba mis gracias, que son gracias por los cojones, pero las suelto. Antes que se me olvide, os cuento de quien estoy rodeado. De un puto vasco de los cojones que ya veras lo que respondió más tarde, y del marido de una amiga de mi novía, que era el único majo de los tenía a mi alrededor, por supuesto mucho más que yo, claro esta. Todo pasaba, y entonces se abrió la puerta, y entro David, un amigo de las amigas de mi novia, saludo y se sentó, yo también le salude, pero soltándole una de mis gracias, la cual, en su rostro reflejo algo de antipatía por mi, lo veo normal, recordad que soy especialmente tonto. Todo transcurría tranquilo, y hoy una frase de este tal David, que decía, yo es que odio a casi todo el mundo, y yo toño el idiota, le respondí, todo serio.
-Pero a mi no me odias, verdad, porque si no para que.
David se me quedo mirando como sin pensar en que decir, y si había oído o que había oído, yo de pronto sonreí, y el dijo.
-Por ahora no.
Todo siguió igual, yo mis gracias habituales, que si sigo haciéndolas algún día me romperán la cara a trozos, y lo único que quedara de ella será una desfiguración total. Yo comencé a pedirme copicas de vino blanco. Como de una onza aproximadamente, ancha por arriba y estrecha y con el pie muy junto a la base. Entonces, el vasco de la mierda, dijo algo en su dialecto, y entonces David, le dijo, en castellano por favor, y el puto vasco se volvió, y le dijo.
-Yo hablare como de la gana, a si que no me toques los cojones- dijo el pedazo de subnormal.
Yo no pensé en nada, porque soy demasiado cobarde para haberle dicho lo que dijo David. Pero el chico que pensaría, no hace falta que diga nada, el idota de vasco ya se descalifico lo suficiente, hasta que se encuentre con alguien que le parta la cara, y le mande a su tierra de etarras gilipollas como él.
Todo transcurría bien, menos para mi que empezaba a subrime las copas de vino blanco que tomaba. Hasta que llego la hora de marcharnos, y entonces recordé un párrafo que David había escrito a mi novia en el muro, era algo a si como que yo no era bueno para ella, entonces comencé a chillarle, y a decirle cosas que no venían a cuento, David, me escuchaba, algo de mucha educación, la cual yo no tuve ni tendré, lo que me di cuenta que mi novia, me decía que a si no, que no siguiera, pero como soy tan subnormal y no se cuidar de  las mujeres, pues seguí, pero todo lo que empieza acaba, así que se acabo y cada uno se fue por su lado. A si que, eso fue lo que paso. Que pensaría ese chaval de mi, pues lo que pensó todo el mundo, que soy uno de los tíos más tontos del mundo.
Eso fue todo lo que paso, por lo que, yo al ser tonto como ninguno, no tengo remordimientos, ni nada parecido, fijaté lo cobarde que soy, que ni siquiera he tenido la decencia de llamar a David y pedirle perdón.
Me miro al espejo, y me pregunto; ¿como puede haber gente tan tonta como yo en este puto mundo. ¿Como puedo llegar existir, siendo tan tonto?, pero la pregunta que más miedo meda, o más bien lo que pueda llegar a pasar algún día.
¿Si eso lo hice con un tió que me importa una puta mierda, que le podría hacer a mi novia en un momento dado?
¿Mis padres saben que tienen un hijo tan subnormal?
Que pena que haya gente que vale tanto, sea tan buena persona, y estén solos, y yo que soy una puta basura, tenga alguien a mi lado.

martes, 26 de abril de 2011

EN SU INTERIOR

EN SU INTERIOR
Pasaban los años, y después de haber ido y visitado a los mejores médicos, aquel sentimiento no se había ido de su corazón ni de su mente. Sometido a exámenes y pruebas de todo tipo. Rellenado de pastillas como a un pavo se le llena de carne.
Pero no pudieron dar con la respuesta, fue totalmente imposible, no dieron con la solución. Incluso le pasaron corrientes por su cabeza, pero nada, solo sentía dolor, pero aquello no desaparecía.
No podían encarcelarlo, privarle de libertad antes de que ocurriera algo, porque sería atentar contra su persona y su vida.
Mucha gente estaba pendiente de él. Gente experimentada, cuerpos de vigilancia, de seguridad, que eran capaces de reaccionar en menos tiempo que una persona normal. Siempre vigilado, siempre observado, siempre teniéndolo en cuenta.
Pero para Lorenzo aquello no había terminado, lo notaba en su interior, aquello crecía y crecía.
Al principio despacio, pero luego cada vez más rápido, y era bastante difícil de controlar.
Miradas llena de sangre muchas veces, o solo sudores, o temblores en la manos, o el corazón apunto de salirse por el pecho.
A veces tenía que esconderse en algún servicio de un lugar público unos minutos, para intentar calmarse, otras veces, cuando paseaba se metía por las calles donde menos gente hubiera, y otras veces, no salía de casa, aunque le apeteciera.
Esto, como es lógico, afectaba a su vida social, a sus amigos, los cuales iba perdiendo, y a su trabajo. Pero no podía hacer nada, no podía contar todo lo que le estaba pasando, ya que sería mucho peor.
Pero se supone que los amigos están para eso.
No podía dejar de sentir aquello, cada vez era más fuerte, y el sufrimiento cada vez más inaguantable. Ni las pastillas, ni los tratamientos, ni las corrientes, nada podía
quitar ese sentimiento. Su mente ya no podía más, debía de hacerlo, solo para que aquello después de realizarlo, se apartara de su corazón y de su cabeza.
Lorenzo ya no podía más, por lo que decidió hacer lo que tenía que hacer.
Salió a la calle, y cuando los vigilantes no se lo esperaban les dio esquinazo. Se metió en un taxi, y pidió que

 le llevaran a una tienda de armas, allí compro una escopeta de caza, y volvió al taxi. La siguiente dirección,

 fue el centro de Zaragoza, concretamente la plaza de España. Pago el taxi, se coloco en medio del semáforo

 en verde, y a todo aquel que pasaba le disparo sin miramientos. Realizo, 25 disparos, y mato 15 personas.

 Lo detuvieron porque dejo de disparar, ya que se sentía mucho mejor. Pero en la cárcel, su mirada, y ese

sentimiento de matar, no habían desaparecido del todo.

viernes, 11 de marzo de 2011

SANGRE EN LA ACERA

La época humana había pasado, ahora todo era tétrico y oscuro. Por las noches solo se oían aullidos, y ronquidos de las bestias que gobernaban nuestro mundo. Solo unos pocos humanos quedaban a merced de ellos, algunos escondidos, y otros obedeciendo las ordenes pertinentes. Era un mundo lleno de cacas de perro, ya que todos los humanos no llegaban a dejar la ciudad limpia. Los miraban, con ternura a veces, pero sobretodo con odio. Ellos y ellas eran los dueños de todo aquel país, y también del mundo y ya nadie se lo iba a arrebatar.
Pero aquella ciudad se había convertido en un campo de batalla, aunque no para todos. Muchas familias trataban de ganarse la vida con su honradez y sus putas ganas de trabajar.
Sus pequeños estudiaban, y se dedicaban a jugar en su tiempo libre, todo después de sus deberes.
Los humanos en cambio, se dedicaban a hacer todas las tareas que les encomendaban sus dueños;
 Los perros.
Callaban y no decían nada de nada, solo si tenían que pedir algo, agua, o ir al baño. Muchos de ellos llevaban correas alrededor de sus cuellos, para evitar la tentación de huir con los proscritos.
Muchos de esos perros, andaban con las dos patas traseras, como los monos, una raza bastante superior a la de los negros y los putos moros, y mucho más buenos que el retorcido, Argelino de mierda llamado.
Omar Lazreg Allou.
Una rata inmunda, traidora, y que sería capaz de vender a sus hijas por un puesto de encargado.
Toda clase de razas perrunas se extendían a lo largo del mundo.
Las armas humanas habían caído. Todo lo humano ya casi había dejado de estar en pie, solo algunos edificios seguían observando el horizonte.
Todos los canes seguían con sus vidas. Vidas de paz, protencción y amor.
Pero aquel domingo, todo fue muy distinto, algo cambio en la vida perruna para siempre.
Los animales, no matan por placer como hacemos los humanos. Si no por alimentar a sus crías o a si mismos. También por defensa de nuestros seres queridos, aunque eso forma parte de todas las naturalezas.
Todos los humanos sobrevivientes, nunca habían visto una pelea solo por orgullo, o por un pisotón, si no por cosas más importantes. Porque incluso perder una amistad por una mujer, so es lo suficientemente importante.
Pero aquella mañana de domingo, cuando aquellos dos perros iban a cruzar la acera, se estorbaron sin querer, y en aquel momento comenzó todo.
Primero fueron las miradas, terribles, y llenas de odio. Luego los rugidos, a ver si alguno se amedrentaba y se marchaba, pero esto es como los hombres, por nuestros cojones, que valen más que nuestra vida. Después vinieron los ladridos, fuertes y secos, sin que temblaran, duros y enérgicos.
Pero como ninguno de los contrincantes se echo para atrás. Comenzaron las hostilidades, primero con las patas y luego autenticas dentelladas. La sangre se esparcía por el suelo, y los gemidos y ladridos de impotencia y odio, se extendían por el ambiente. Los humanos que allí se concentraban no podían creer lo que estaban viendo. Esos animales, que tanto les habían enseñado, aunque les hubieran esclavizado por el sufrimiento que inflingieron durante años a los perros. La sangre empezó a extenderse en la acera, sangre roja, como la de un rey, pero más humilde que la de un papa. Muchos perros se miraban y no compredian el porque de todo aquello. En ningún lugar del mundo en los cinco años que llevaban los perros gobernando, había pasado algo semejante.
Uno de aquellos perros tenía media oreja colgando, y le sangraba abundantemente, y el otro llevaba el morro de sangre, y parte de la piel de la cara arrancada. El dolor debía de ser horrible, un dolor entre el orgullo, y el salir con vida sin quedar como un cobarde. Poco a poco las fuerzas les iban abandonando. Sus miradas eran casi de amistad y de perdón, pero no podían darlas a conocer a los demás. Muchos cachorrines miraban sin entender nada. Hasta que el más fuerte, ataco el cuello de su rival, y a base de unas dentelladas salvajes, le secciono la cabeza del tronco.
El pobre vencido cayo al suelo, envuelto en sangre. El vencedor, casi caído, dolorido, y lleno de rabia por haber matado a uno de sus hermanos animales, no comprendía porque lo había hecho.
Pero se coloco de pie, con sus fuertes y maltrechas patas, levanto la cabeza de su victima como si fuera un trofeo, y aulló, mientras sus ojos, se transformaban unos segundos en ojos humanos.
DAVID COMÍN PARDOS

miércoles, 2 de marzo de 2011

RELATOS DE TERROR

SANGRE A GRANEL
Me denunciaron varias veces, pero no consiguieron nada ya que tenía todos los papeles en regla. Les jodía que me fuera tan bien el negocio, y también que fuera una tienda tan diferente a las demás.
La monte con una herencia que me dejo la mama después de morir de Cáncer.
Le di muchas vueltas para colocar el nombre en el cartel de fondo rojo y redondo que había comprado, y que resulto no muy caro, ya que se lo encargue a mi amigo el abuelo.
Al final la llame “Sangre a granel”.
Los cristales eran algo oscuros, por lo que casi no se podía ver bien lo que había dentro. Lo hice con mucha intención, ya que las personas, son como los gatos, y se nos podría aplicar la siguiente frase;
“La curiosidad mato al humano”.
Cada mes, recibía una denuncia de los vecinos. Pero siempre se quedaba en agua de borrajas.
Se oyó la puerta de mi tienda, y una mujer ya entrada en años, con mucha laca en su pelo, y unos bonitos, pero cansados ojos verdes, me dijo.
-  Buenos días- le dije sin quitarle ojo
-   Buenos días- me respondió hábilmente.
-   Me pone 2 litro de sangre de cordero.
-   Muy bien- le dije amablemente
Le serví lo que me pidió, pago y se fue.
Como han podido comprobar, es un negocio bastante diferente al resto. Viernes, último día que habría de la semana, aprovechando que el negocio iba bien, decidí cerrar los fines de semana de ese mes.
El lunes, nada más abrir el buzón, me encontré una carta que señalaría el peor día de mi vida. Aquella carta decía que tenía que cerrar la tienda por las firmas que habían conseguido los vecinos, que fueron bastantes más que la última vez.
Tenía 15 días.
La rabia que dentro de mí se extendía era más fuerte que mi poder para razonar.
 Me calme con un cigarro en mis labios, y manteniendo, lo que podía, la mente fría. Intente por medio de la legalidad que todo se quedara en agua de borrajas, pero no fue a sí, y no tuve más remedio que cerrar la tienda.
Me quedaban cinco días para cerrar, y ya había estado pensando en otro negocio, pero eso vendría después.
Antes de cerrar pude tener la tienda abierta, y seguir vendiendo.
Los días se acercaban, pero el odio hacía aquella vecindad era cada vez más grande.
Por fin llego el día del cierre, y todos los vecinos bajaron a ver como me arrodillaba a bajar la persiana para siempre. Pero antes decidieron entrar para regocijarse, reírse,  e insultarme, y porque no, por el morbo y la curiosidad de sus jodidas mentes.
Sus ojos veían poncheras de cristal llenas de sangre con su correspondiente cazo para servir, y cerradas herméticamente por tapas de plástico de colores.
Por lo demás lo que debe llevar una tienda para completarse.
Debajo de cada una de las poncheras se encontraba un cartel correspondiendo con la sangre a vender.
Los ojos de aquellas personas se abrieron como paelleras, ya que al ver los carteles, todos pertenecían a los nombres de sus hijos.
DAVID COMÍN PARDOS

viernes, 4 de febrero de 2011

NO HAY FUTURO

NO HAY FUTURO
El cielo se volvió totalmente negro. Parecía como si el sol hubiera huido para no volver jamás.
 La gente salía de sus casas para ver aquel espectáculo tan admirable como tétrico. Hablaban entre ellos, que seguramente seria algún fenómeno que ocurre cada cierto tiempo, como pasa con los cometas.
Algunos niños sonreían y otros lloraban. Los mayores sabían que aquello no era nada bueno. Solo se podía ver por las luces de las casas. Pero de pronto se apagaron. Aquello ya no era tan divertido, en cualquier rincón podía ver algo extraño que quisiera atacarnos, y no lo veríamos. Mecheros y velas se encendían rápidamente.
Un relámpago ilumino el cielo y las caras de la gente, que ya veían la salvación mucho más cerca.
Aquello comenzó a iluminarse repetidamente, como si fueran fuegos artificiales. La gente cansada de tanta tontería, regresaba hacía sus casas, con sus hijos y sus perros.
Todo quedo en silencio, como si alguien hubiera apagado la voz del mundo. De pronto unos pequeños agujeros empezaron a abrirse en el cielo. En ellos se podía ver, plataformas del tamaño de un hombre 2,00 metro de altura, y 1,50 metros de anchura, de brillantes colores que se intercambiaban unos con otros y parecían pasar de una plataforma a otra. Se movían de diferentes maneras, muy rápidamente o lentamente, y también se enroscaban sobre si mismas, como un gato al dormir.
De golpe se pararon todas, y abriéndose y cerrándose a gran velocidad se dirigieron a la tierra. Los seres humanos que había allí abajo, comenzaron a correr y a gritar, montándose en sus coches y en los que no eran suyos, cogiendo autobuses atascados en medio de la carretera, o escondiéndose en tiendas, asustados como ratas perseguidas por gatos.
Compras tiradas y pisoteadas en el suelo, gente sangrando por la brutal marabunta. Toda la ansiedad, el miedo, el terror, todo se junto allí. Todo lo que amenaza la existencia pacífica de la raza humana, y de uno mismo, se juntaron en una reunión macabra.
Miles de ojos miraban aquellas extrañas cosas que se acercaban a la tierra, y que parecían que no iban a llegar nunca.
 La gente estaba pensando que aquello sería algún truco publicitario, y que de aquellas bolas, saldrían unas personas disfrazas con carteles o megáfonos, anunciando una tienda nueva, o haciendo referencia a un programa de televisión.
Pero los más creyentes en otros temas, pensaban que ya había llegado la hora, y que todas las risas, y mentiras, que se habían contado sobre los seres de otros planetas, ahora se harían realidad.
Despacio para nuestros ojos se iban acercando, dejando una estela negra, como anunciando algo terrible, y que pasaría en muy pocos minutos.
La gente se escondía dirigiéndose hacía su casa, porque pensaban que allí estarían mucho más protegidos. Se imaginaban que eso era su fortaleza y que al conocérsela de arriba a abajo, nadie los encontraría ni podrían entrar.
Muchos observaban aquellas maravillas que venían hacía la tierra.
Todos y todas se escondían, sin saber que iba a pasar. Pero presentían que no sería nada bueno.
La policía se encontraba desplegada en las zonas evidentes para un aterrizaje.
Ambulancias se dirijan hacía los lugares señalados.
El ejercito se encontraba también desplegado, pero escondido, para un ataque sorpresa.
Gente armada con piedras y palos, o cualquier objeto contundente, todo ello para defender a la familia con la que se encontraban, y otros para sacarse las castañas del fuego a si mismos.
Cada vez se encontraban más cerca.
Los nervios, la angustia, y el miedo de las personas allí presentes se hacía cada minuto más despiadado.
Por fin, los ojos de la gente pudieron ver aterrizar a esos objetos plateados que se abrían y cerraban.
 La policía se acercaba tímidamente, a la vez que protegían  a los curiosos de su acercamiento.
Habían abierto un agujero en el suelo, hondo como si se fueran a enterrar, del él salía un humo muy caliente, que casi quemaba a la vista.
De repente, aquellas bolas levitaron y comenzaron a dar vueltas a toda velocidad. Helicópteros del ejercito sobrevolaban aquellas extrañas pelotas grandes, las vigilaban por si tenían que intervenir.
El color de aquellas bolas comenzó a cambiar como al principio, tornándose en varios colores. Se posaron en los bordes de sus respectivos agujeros, sin parar de dar vueltas. Todos los ojos del mundo se encontraban en nuestra ciudad, cámaras, luces, focos, fotos, videos, toda la parafernalia tecnológica posible, estaba allí. Nadie estaba seguro de lo que iba a pasar momentos o incluso horas después. Uno de los policías se alejo del cordón policial que habían colocado, para tocar una de aquellas bolas de colores. Llevaba un traje ignifugo, casco y guantes, se acercaba despacio, con las manos delante del cuerpo, como si de un boxeador se tratara. Despacio, sin perder la vista de aquella forma redonda, parecía un gato escondido para atacar a una paloma.
Estaba apunto de tocarlo, cuando un humo salió de aquella bola, y lanzó al policía unos metros más lejos al suelo. Su traje soltaba un humo que a la vista parecía normal,  pero que estaba haciendo gritar al señor de debajo. Cuerpos de la salud, y varios de sus compañeros, lo arrastraron para ponerlo a salvo, y poder atenderle.
Para las personas allí presentes, aquello fue como si las hubieran golpeado primero, el silencio se hizo eterno, y las caras afligidas eran a cada momento más pronunciadas. Aquel policía fue puesto en una camilla la cual fue trasladada en ambulancia hacía el hospital, con las complicaciones que eso tenía.
Aquellas bolas comenzaron a girar otra vez más rápido que antes, tanto que casi ni se veían. Pararon bruscamente, y de ellas habían salido cuadraditos formando un cuerpo, y dentro de ellos se veía como circulaban corrientes y luces, nadie podía crecerlo, pero allí estaban, de pie, mirando a todo lo que les rodeaba.
 Nadie sabía si eran hostiles, ni si querían algo especial y luego se marcharían, pero todo el mundo pensó en lo peor.
La policía intercambio unas palabras a través de micrófonos, pero los alienígenas no decían nada, solo observaban. Les advirtieron varias veces, pero ni una sola contestación por su parte. Ninguno de los policías se atrevía a acercarse, ya que se acordaban del compañero. El ejercito vigilaba escondido, por tierra y por aire. Los alienígenas se miraron entre ellos, como para decirse algo que nadie oyó.
De pronto comenzaron a correr en diferentes direcciones, unos corriendo humanamente y otros dando vueltas sobre si mismos. Nadie sabía donde iban, la policía les advirtió que se detuvieran, pero no hicieron caso,
Una mujer sostenía a su niño de tres años en brazos, pero aquel alienígena se lo quito como quien tira de un manotazo un vaso de plástico de una mesa. Los escondían en sus espaldas, las balas de los policías y del ejercito no les hacían nada. Poco a poco los niños iban siendo agarrados de sus madres o padres, que si se resistían eran empujados o atacados violentamente. Las lágrimas se mezclaban con los gritos, pero nadie podía hacer nada de nada.
De sus manos salían unas luces como de coche, y apuntaban siempre a alas tripas de las mujeres. La gente pensaba que era para iluminar el camino o por la oscuridad.
Aquello se había convertido en una guerra que los humanos no podíamos ganar, pero luchamos por ello. Al cabo de cinco horas todo acabo. Muchas infraestructuras estaban destruidas, pero lo que más se echo por tierra, fue el ánimo y la alegría de la gente.
Aquellos seres no querían matarnos, ni destruir nuestros bienes materiales. Lo que habían conseguido era destruir nuestro futuro, nuestras ganas de vivir. Nuestro mundo seguiría en pie, pero nosotros desapareceríamos lentamente y sin más opción que la muerte. Aquellas luces que salían de sus manos, no eran para ver la por la noche, si no unos rayos que daban muerte al feto de las madres embarazadas. Las cuales nunca más podrían procrear.
Nadie ocuparía nuestro lugar, y la raza humana dejaría de existir para siempre.
DAVID COMÍN PARDOS

ARTÍCULO DE OPINIÓN

MATARLAS A TODAS, SERIA ELEGANTE
2ª PARTE
Tu mano colocada sobre la mesa, dispuesta otra vez a firmar para volver a pasar por lo mismo, la universidad del año pasado. Porque no te has esforzado lo suficiente o porque algún profesor hijo de puta te ha suspendido porque te tiene asco.
Otra vez a ir a clase solo unas horas mientras intentas buscarte la vida para trabajar en tu puto tiempo libre.
Aunque lo que más desearías, es haber acabado en el tiempo que tu te habías imaginado.
Mientras ves pasar el tiempo, estudias, y te diviertes menos de lo que quisieras, la puta televisión deja a personajes que solo están en este mundo para morir, chupar pollas, o dejar que les den por el culo.
Mientras miles de mujeres se esfuerzan por sacarse un título que vale dinero, y que te hace ser importante, y que gracias a estas malditas zorras, hijas de la gran Puta, lo único que la gente se piensa de las de verdad, es que son tan tontas como las otras subnormales.
Aunque hay quien se gana el respeto con solo una mirada.
Te sientes impotente mujer, no sabes como solucionar todo esto que esta pasando. Te prometes a ti misma, que cuando apruebes, y te den la titulación, escribirás sobre como te has sentido y lo duro que es que alguien ocupe tu puesto sin tener una pizca de cerebro, o solo usando el culo y la boca, como Omar Lazreg Allou.
Miras a los ojos de tus hijos, y ves que no les puede faltar de nada, que tienes que luchar y conseguir comida y felicidad para ellos, para ese niño y esa niña de 3 y 5 años. Te late el corazón de alegría al verlos, sonríes de verlos jugar y dormir, nunca te habías sentido tan feliz en la vida.
Darías la vida por ellos, todo lo que tienes, incluso todo lo que eres, pero con dignidad, porque si una madre no tiene dignidad para sus hijos, nunca será una buena madre.
Si mis ojos de 18 años vieran que mi madre, se ha ganado la vida metiéndose en la de los demás y soltando mentiras, te juro que por mucho que haya hecho por mí, renuncio de ella.
Porque lo que yo quisiera es que la MAMA, me hubiera alimentado con un trabajo digno, un trabajo que aporte algo a la sociedad y que sostenga el país, no como los putos futbolistas, que no hacen nada por el mundo, para divertirme, me voy de fiesta con mis amigos, no a ver a cuatro matados subnormales corriendo detrás de una cosa redonda que rueda.
Mecaguen sus putas madres.

lunes, 24 de enero de 2011

ARTICULO DE OPINIÓN

MATARLOS A TODOS, SERÍA ELEGANTE
PARTE 1
La dignidad, el valor, el honor, la pasión, el amor, la palabra, y otros muchos sentimientos que antes se tenían, y que solo conservamos unos pocos, están desapareciendo. A nadie le importa sí su corazón esta vacío o lleno de todas estas palabras tan necesarias. Mucha gente se cree que las tiene, pero cuando llega el momento, desaparecen por miedo.
A mucha gente le da igual arrastrarse por cualquier cosa, como a Omar Lazreg Allou, que sería capaz de vender a su madre por un puesto de encargado, no sé cuantas veces le han petado el culo, pero seguro que más de cinco.
Las personas están vacías, muchas de ellas no tiene ni valor para luchar, ni para denunciar, ni para sufrir, ni para defenderse.
Porque en la sociedad hay un sufrimiento demasiado difícil de engañar, es más fácil rendirse, que seguir, aunque no para todos.
Pero esto viene de bastante lejos. La gente ya no tiene capacidad para utilizar el cerebro y pensar como es debido.
Todo esto viene por los ejemplos que nos dan en la televisión y que muchos estúpidos y muchas putas siguen a rajatabla.
Todo empieza, por los subnormales de los directores de las cadenas, que lo único que quieren es ganar el mayor dinero posible, no les importa nada más que eso, el dinero, solo el dinero. No les importa alimentar a cuatro hijos de puta inmigrantes de mierda, mientras sus paisanos españoles, se mueren de hambre. Lo que habría que hacer con esa basura, es hacerles dirigir un coche con una cuerda atada a los cojones. Malditos subnormales, incultos de mierda.
Después de estos mamones, vienen los programas, pero de eso hablare otro día.
A lo que yo voy, es a la gente estúpida que llena esos programas.
Gentuza sin cultura, sin cerebro, y sin las características que he dicho al principio de mí articulo de opinión.
Aunque más ampliamente hablare de ellas, a ellos les tocara otro día.
Muchas chicas de este país se apuntan a la Escuela de Arte Dramático de su ciudad, también a la universidad para estudiar periodismo, o incluso ande trasladarse fuera de ella para cumplir un sueño.
Un sueño caro y difícil, ya que hay mucha competencia.
Se esfuerzan, lloran, estudian, dejan de ver sus novios o amigos, pudiendo llegara a perderlos, y sobretodo, hacen soltar a sus padres un dinero que puede que caiga en un saco sin fondo, o puede que lleguen a recuperarlo, que les ha costado años ganar, sudores y sufrimiento, y que seguramente ningún padre o madre están conformes con que estudien esa carrera.
Suspenden, tiene que volver a intentarlo, y ya cuentan con su decepción. Ponen esfuerzo, ganas, lágrimas, sangre, y también sudor.
En su casa, estudiando, horas y horas, sin ver a nadie, comiendo poco, y poniendo la ilusión y el sueño de ser una periodista como las de los telediarios, a ser enviadas especiales, o presentadoras de televisión.
Aunque yo creo que la mayoría quieren ser una gran enviada especial, fuera y dentro de nuestras fronteras.
Ya lo dicen en la biblia “Largo y escabroso es el camino que conduce a la luz”
Todas las personas que estudian para arriesgar su vida de corresponsal, deberían aplicarse esta frase.
A veces el esfuerzo se ve recompensado, y otras veces té quedas en el camino, lo has intentado, te has dejado la piel y los cojones, pero no has podido. Lo lamentas, lloras, e incluso gritas de rabia, pero eso no te vale para nada. Tendrás que pasar otro año, intentándolo, y volviendo apagar un pastón.
David Comín

jueves, 13 de enero de 2011

MI ESTATUA ROJA Y NEGRA

Me llamo Lorenzo, y hace cinco años acabe la carrera de telecomunicaciones. Las notas fueron estupendas, y muchas empresas se me rifaban. Dentro de dos años me iba a casar, pero cuando le explique a mí novia que es lo que tenía pensado, me dejo por una compañera de trabajo. Raro, pero cierto.
Después de esa carrera, pensé en seguir estudiando, y eso fue lo que hice.
Miré todas las posibilidades que tenía y me decante por audiovisuales. De todas era la mejor para mi propósito.
Conocí mucha gente, muchas putillas, y muchos retrasados mentales, y como no también saque amigos que compartían mis ideas.
Durante esos años que duro la FP, estuve más en la cafetería de al lado del instituto, que asistiendo a las clases.
Pero mi gran intereses y mi talento hicieron el resto. Acabe y me metí en un programa de televisión. Primero comencé llevando los cafés, y cinco meses más tarde, ya ayudaba con las luces.
El programa era un de estos destinado a los tontos y tontas de este país, sobretodo a las putas viejas. Dedicado para todas las alcahuetas de este puto país. Un programa que yo odiaba, y el cual, y al ver a la gentuza que venía en directo, todos superando los 65 años, la única palabra que asomaba en mi mente, era; Muerte.
Gente inútil, trastos inservibles, de los que muchos y sobretodo muchas de ellas no han dado palo al agua en su puta vida. Como la vieja y repugnante Josefa, que come en Navidad más que mi gato Freddy que solo tiene un año. Porque este vieja, cuando va de compras, siempre se lleva lo más barato que encuentra. Los viejos son a sí, no sé que tiene en su inútil cabeza, se creen que no vana tener dinero para morirse, un buen título para un relato.
Mucho de lo que esta pasando en este país, la culpa de todo ello, es de las personas mayores. Gente a la cual había que erradicar cuando llegaran a una edad.
Al año ya era ayudante del director, algo que había logrado por mi carácter y mi talento, como ya he dicho antes, no como una compañera mía Sanáe, que logro tener un papel de “mala” actriz en una sería española mala, como casi todas las que se hacen, chupando pollas mañana, tarde y noche.
Mi vida transcurría entre los platos de televisión y mi casa. Casi no salía con mis amigos, por falta de dinero, aunque se cobraba bien, tenía que pagar muchos recibos de compras que había hecho compulsivamente.
No tenía ninguna novia que me chupara la polla, ni que me metiera el dedo en el culo mientras me corría, a sí que tenía que pagar por estos servicios, solo eran dos veces por mes, lo demás era liberación manual e individual.
Dedicaba el tiempo a crear un programa, para poder dirigirlo yo, y a sí cumplir mi sueño dorado. Dirigir a tanto idiota.
Me ponía en silencio, con un fajo de folios en la mesa, mi paquete de tabaco, mi chivas con hielo, mi cenicero y mi botella de agua fría, hostía y mis bolígrafos y marcadores.
Escribía todas las ideas que se me ocurrían que fueran algo buenas. De todo un poco, concursos, documentales, sociedad, deportivos, incluso series.
Las llevaba a mi director, se las exponía, y al cabo de cinco días siempre obtenía la misma respuesta que hace dos meses; NO.
Pero yo seguía intentándolo mientras veía a los miles de subnormales creando estupideces, y majaderías, para gilipollas.
Cada día me sentaba en mi mesa de madera y cristal rojo, y sacaba al menos cinco programas que llevar al jefe, aunque no los llevaba todos al día siguiente, sino que guardaba para la semana que iba a venir.
Todos los días me encontraba por los camerinos gente a la cual debería matar sin importarme el resto de su familia, ni sus amigos, ni sus compañeros, lo que más me importaba, eran sus pobres animales, eso era lo importante.
Gentuza como Belén Esteban que era la que más odiaba, y todos y todas las inútiles personas que están a su alrededor, incluida la gorda y repugnante hija que tiene, y que no hace nada más que utilizarla como moneda de cambio, espero que se muera pronto, la enana, a ver de que vive entonces, o de que habla.  Todas aquellas presentadoras de programas del corazón, como les llaman se paseaban por allí pavoneándose de ser lo que nunca llegaran a alcanzar.
Todas las mañanas tomaba mi café acompañado de todos estos retrasados mentales. De la puta maricona del jorge Javier Vázquez, del maricón de Jaime Cantizano, o cara-volcán de Jorge González. Todos estos desperdicios sociales, y bastante más que me dejo, deberían ser ahorcados por toda la basura que traen cada día a nuestra televisión, que se hizo y se creo para entretener, no para alimentar a despojos humanos. Esto algún día cambiara, y espero que sea pronto.
Yo, seguí entregando proyectos a mi jefe, pero siempre obtenía la misma respuesta. A sí que no será por no intentarlo. Decidí dejar de presentar proyectos y maneras, para no atosigar al jefe y que me mandara a tomar por el santo culo.
Todos los día soportaba a esas inútiles actrices que iban de palto en plato, y de entrevista en entrevista, como van de polla a polla.
Mujeres inservibles, que casi no valen ni para follar.
Hace un tiempo me pasé por la escuela de cine de zaragoza, en la cual pagan un dineral, para convertirse en buenas actrices, y dar lo mejor de sí, y dedicarse a una profesión que para esas chicas, es lo más importante en su vida. Como quien quiere ser médico, o conductor de autobús, o barrendero. Cada uno con su titulación correspondiente, y dejando las demás profesiones, para los titulados.
Eso en la profesión de actriz, no se respeta.
La prueba esta en Kira Miró, Mar Flores, Amaía Salamanca, Pula Echevarría, y Las dos que más pena y asco me dan Carolina Cerezuela y como no, y otra vez, Pilar Rubio. Todas estas malditas putas, empezaron en un casting, y a raíz de hay fueron subiendo, y para ello, seguro que alguna polla habrán tenido que chupar, eso esta claro. Yo si fuera como ellas, me daría vergüenza haber conseguido todo eso, sin una titulación que pudiera abrirme las puertas, no el coño y el culo, pero los hombres somos demasiado simples y se nos engaña muy fácilmente. Aunque si uno trabaja de auxiliar, como yo en la realidad, a veces un coño puede resultarte la cosa más espantosa y repugnante del mundo.
Me miraría todos los días al espejo y me echaría a llorar, diciendo; -Joder, si solo me quieren para follar, y estoy donde estoy por mi puta cara, y mis bonitas tetas, jodeeeeerrrrr, que asco, hostíaaaaaaaaa.
Esas serian mis palabras, otra gente utilizara otras más finas supongo.
Pero como sus cerebros solo están llenos de serrín y de mierda, no pueden llegar a pensar en eso, se volverían locas, y les explotaría el cerebro, y si lo legan a pensar, son tan tontas que me las imagino, enfrente de un espejo, riéndose, y soltando por eso boca chupapollas:-Hay, que guapa que soy, y que tipo tengo.
Menos mal, que parte de esta sociedad no somos como ellas, ni ellos, tenemos la suerte de que algunos somos más feos.
Un día cuando iba hacía mi casa, me llamaron por el teléfono.
-Si, quien es- dije con fuerza, pero sin agresividad.
-Soy José María, quería comentarte un asunto- Me esputo con seriedad.
-Dime, te escucho atentamente.
-Bueno, comentarte que he leído, tus proyectos y hay uno que me interesa sobremanera-
-¿Cuál es?-
-Se trata de la reunión de famosos, como hablan, como gesticulan, como miran, y a quien miran, todo lo que ello significa para la gente-
-Muy bien, y quiere saber si le doy el permiso para hacerlo-
-No, para decirte que quiero que lo dirijas tu, a sí que a partir de mañana, te pones en marcha con el proyecto, ¿te parece?.
Con toda la ilusión del mundo y una sonrisa en la boca; -Sí, deacuerdo, mañana me pondré en marcha, muy bien.
Al colgar di un pequeño salto en el aire, y una vuelta alrededor de mí mismo. Estaba feliz, contento, llegue a casa, cene, y me coloque varias hojas y todo lo necesario para escribir sobre el proyecto, que aunque no lo acabara hoy, lo llevaría avanzado.
El proyecto se llamara”Antiguos y nuevos compañeros”.
No será muy difícil, reunir a unas cuantas generaciones de actores y actrices en un gran salón, tomando copas, fumando y hablando, mientras unos cuantos, “expertos”, analizan sus gestos, sus miradas, su manera de vestir, como fuman, como cojen la copa, como miran, como mueven los pies, y si se puede hasta como mean, y también y sobretodo, a quien se follan con la mirada.
Al día siguiente me levante, contento, porque mi plan y va a dar resultado de una vez. Llegue a la oficina y hable con el jefe. Todo lo tenía preparado todo para empezar a contactar con los asistentes. Me dio una lista y de 400 nombres, a sí que me metí en el despacho y comencé a llamar, parecía la niña del exorcista con un móvil en la mano, escupiendo palabras de invitación, y sacándome los mocos.
Acabe con la oreja colgando, y más roja que me hubieran azotado el culo 555 veces. Todos iban a asistir, por supuesto que sabían lo que se iba a hacer en ese programa, a sí que yo me libraba de todas las culpas.
La publicidad del programa supero con creces del gasto del mismo, y estábamos seguros de que toda España y quien pudiera sintonizar ese canal, estaría con los ojos pegados a las pantallas.
Todo estaba listo, y los invitados comenzaron a llegar, el programa la final se decidió hacer en directo, para que fuera real, y la gente no se ofuscara con tonterías, y preguntas, que no se las iban a resolver.
Vestidos caros, joyas, sonrisas falsas, palmaditas en la espalda estilo “ Hey que pasa maldito idiota, o como estas golfilla, me las vas a chupar hoy”.
Miles de fotógrafos, entrevistadores. Pero sobretodo los putos personajes que conformaban aquel circo, actores idotas, y chuletes, actrices malas y putas, presentadores maricones, presentadoras estúpidas, cantantes españolas y latinas subnormales y toda la fauna de esta parada de los monstruos.
Yo situado en una silla roja en su totalidad, dirigía desde el panel de control, todo lo que allí acontecía. Aquello iba a durar dos tres horas, lo suficiente para asombrar a los presentes.
Primero entrevistas en la alfombra roja, canapés al entrar, y más entrevistas, y al fin el paso al gran salón, donde una banda musical, que sería capaz de tocar y cantar éxitos de los 50 hasta el 2005, les esperaban dispuestos a ha hacerles sonreír. Pequeñas barras de bar de mármol, se extendían por todo el salón, compuestas de toda clase de bebidas, y sobretodo dos rapidísimas máquinas una a cada lado de la barra, sin molestar a los presentes, dedicadas a hacer hielo y mojitos.
Cuando entraron al salón, se conecto en directo con un plato enorme en el cual se encontraban los expertos que empezaron a analizar a todos estos desperdicios. Me comunicaban que la gente estaba muy atenta pegada a las pantallas. Aquella primera hora se pasó muy veloz, y los espectadores seguían siendo fieles. Pero la mayor sorpresa estaba por llegar, ya la habíamos anunciado en las emisiones del programa. Mientras eran analizados como ratas, unos cuantos reporteros les hacían entrevistas para conocer su repugnante situación. Al cabo de dos horas, yo Lorenzo, seguía sudando en la cabina, haciendo gestos, y diciendo donde tenían que apuntar las cámaras.
Al fin, la sorpresa que todos estaban esperando, y que la mayoría de mis compañeros, que compartían mi mismo pensamiento, me habían ayudado a preparar.
De repente las botellas de alcohol comenzaron a explotar convirtiéndose en bombas de autentico fuego, el salón comenzó a incendiarse, y las puertas de emergencia como las normales, totalmente selladas, aquel fuego comenzó a extenderse, y los bomberos no daban señales de vida, ni las darían, todo estaba bien montado para que el fuego solo se extendiera, en aquel salón, sin que nadie se enterara, nada más que a través de las pantallas de lo que estaba pasando. Pero lo que la gente estaba viendo por televisión, no era la verdadera matanza, si no una superposición de fuego irreal, que no molestaba a todos aquellos muertos, algo parecido a que el fuego era un invitado que se relacionaba entre ellos.
Aquello se extendió durante los tres cuartos de hora finales. Nadie se entero de nada, ya que los móviles se encontraban sin cobertura, debido al lugar en el que estábamos. Yo baje a aquel salón, abrí la puerta y solo vi, humo, sangre, una visión perfecta y graciosa de lo que yo llevaba en la cabeza, una maravilla.
Aquello había sido como el cerco que se le pone aun lobo para cazarlo, sin salida, ni capacidad de respuesta. Sin que nadíe oyera nada, ni pudiera hacer nada, la trampa más perfecta que por mi cabeza pudo pasar.
Lo que sentí en ese momento, era la sensación de alivio más grande que había tenido después de haberme corrido la primera vez.
Todo se acabo investigando como es lógico, pero se echo la culpa aun cortocircuito que se había producido al caer varios hielos en las puntas de un enchufe, el cual como no habían conectado sin darse cuenta.
Yo, Lorenzo, tuve que responder aun montón de preguntas, y de todas, aunque sospechaban, salí airoso, y ahora soy el director de todas las cadenas de televisión, y en la puerta de la sede central hay una estatua representándome roja y negra.
DAVID COMÍN PARDOS